En una Sevilla accesible, hogares accesibles

ascensor hidraulico sevilla

Ascensor hidráulico en Sevilla.

 

El miércoles 18 de julio finalizó el plazo para solicitar ayudas del Ayuntamiento de Sevilla para la instalación de ascensores. Como en convocatorias anteriores, sólo publicar las subvenciones ha significado un importante estímulo para el sector de la rehabilitación de edificios y la accesibilidad. Pero ante todo ha puesto de manifiesto el largo camino por recorrer para hacerla una Sevilla plenamente accesible.

El Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social establecía que desde el 4 de diciembre de 2017 todos los edificios en España debían ser accesibles, sin embargo, es evidente que la fecha ha pasado desapercibida.

En 2011, la Encuesta de Censo y Vivienda del INE, revelaba que existían en Sevilla 15.872 bloques de pisos de cuatro plantas sobre rasante. Es decir, hasta tercer piso. De este censo, 7.956 bloques carecían de ascensor. ¿Ha variado esta deshonrosa cifra? Basta con salir a la calle para comprobar que no en la medida suficiente. Lo primero que se pide en una Sevilla accesible es hogares accesibles.

¿Qué ha hecho la Administración para cumplir con la Ley? En su acepción más tangible, emitir líneas de ayudas económicas para las comunidades de propietarios. Las últimas fueron de la Junta de Andalucía para la rehabilitación de edificios en 2017, y las del Ayuntamiento de Sevilla específicamente para instalación de ascensores en 2017 y 2018.

Plan de Accesibilidad Universal

En paralelo, el Ayuntamiento de Sevilla ha puesto en marcha un Plan de Accesibilidad Universal para la ciudad. Un proyecto participativo para «mejorar la accesibilidad en el espacio urbano, la edificación, el transporte, las comunicaciones y servicios». Una empresa ambiciosa y justa, pero que hay que preocuparse por llevar hasta los hogares: hay vecinos que no no podrán disfrutar de una ciudad más accesible si sencillamente siguen prisioneros de sus propios hogares. Lo dicho: en una Sevilla accesible, hogares accesibles.

Las últimas convocatorias de la Administración han ayudado a algunas familias y han animado a otras, con o sin respaldo de subvención, a informarse sobre cómo instalar un ascensor en su comunidad de propietarios. Son iniciativas con buena acogida y que hay que agradecer, pero no puede quedar ahí. El mismo empeño decidido por hacer de Sevilla una ciudad 100% accesible no puede dejar fuera a las viviendas de los sevillanos, de modo que a los estímulos económicos (más cuantiosos y más frecuentes) deben acompañar nuevas facilidades e incentivos. Todo con el afán de que ni un solo sevillano se quede en casa, atrapado por unas escaleras.

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